SPA, LA CARA BONITA DEL CARIBE MEXICANO




México, con el Caribe mexicano a la cabeza, es líder latinoamericano en operación de spas y el tercer destino más importante por ese concepto a nivel mundial; gran parte de los hoteles en Cancún y la Riviera Maya albergan dentro de sus fastuosas instalaciones algunos de los 115 spas registrados en Quintana Roo, la mayoría de los cuales reflejan un mundo pulcro y cristalino con diseños vanguardistas atendidos por profesionales de exquisito trato que transportan a los huéspedes a un universo de terapias y relajación en donde el agua es el principal elemento.

Relacionado con los históricos baños romanos y las fuentes termales belgas, estos centros de relajación hidroterapéutica han encontrado en el Caribe mexicano múltiples expresiones que abarcan desde el místico baño indígena prehispánico conocido como temazcal hasta el lujo impresionante del Spa Grand Velas, equipadas con obra de arte nativo.

Por eso es que Bertha Castillo, delegada de la Asociación Latinoamericana de Spa en el Sureste (Yucatán, Campeche, Quintana Roo y Chiapas), asegura contundente que un spa “no es un sencillo centro de consumo, sino que es un centro de negocios. ¿Por qué lo digo? Porque si lo equiparamos con lo que renta una habitación hotelera, que son aproximadamente 100 dólares la noche, tan sólo una cabina de spa que trabaje 8 horas diarias deja 800 dólares, sin incluir terapias especializadas. Afortunadamente, el concepto del spa ha sido asimilado por varios centros de hospedaje como una unidad de negocios que requiere fuertes inversiones, personal especializado e infraestructura adecuada”.

Cada spa opera con un aproximado de 40 personas, generando en el Caribe mexicano cuatro mil 600 empleos, más los indirectos.

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