EL ALZA DEL PRECIO DEL PETROLEO ESTRANGULA A LAS LINEAS AEREAS: REGIONAL CARGO

Alza sin precedentes en la historia.
Comenzó la quiebra de aerolíneas.
No se vislumbra solución alguna en el futuro.
La industria aeronáutica mundial espera una oleada de quiebras, fusiones, adquisiciones, y empequeñecimiento de flotas, en el futuro cercano. El alza irracional en el precio del petróleo está estrangulando a las líneas aéreas, tanto de pasajeros como de carga, por lo que los diversos operadores aeronáuticos se encuentran ante la disyuntiva de ajustar drásticamente sus tarifas, o sus cargos extras por concepto de combustible, o enfrentar crecientes números rojos en sus costos de operación y finalmente declararse en bancarrota.
En México, sólo las líneas aéreas de pasajeros aplican un cargo extra por concepto de combustibles, pero no así las de carga doméstica.
Un estudio realizado por Regionalcargo, señala que de mayo de 2007 a mayo de 2008, el precio del combustible se incrementó en 110 por ciento, y la tendencia continúa siendo al alza, a un ritmo que pronto se volverá insostenible para la industria aeronáutica, por lo que habrá que esperar la desaparición de diversas aerolíneas, por todo el mundo. En mayo de 2007, el precio del barril del petróleo promediaba 60 dólares. Para mediados de mayo de 2008, ese mismo barril llegó a 126 dólares.
Por otro lado, el incremento en el precio del petróleo se da en momentos de grave desaceleración de la actividad económica mundial, lo cual ha repercutido negativamente en la demanda de los servicios aéreos tanto de pasajeros como de carga. Este doble efecto, de incremento en el precio del combustible y descenso en los factores de ocupación, ha producida un efecto de guillotina en las líneas aéreas (suben los costos de operación y baja la demanda en los factores de ocupación), y ha dado inicio ya a una sorpresiva oleada de desaparición de líneas aéreas a nivel mundial.
“No hay aerolínea cuyos directivos no estén sumamente preocupados por lo que se ve venir en este año”, señala al respecto el Director General de Regionalcargo, Juan Manuel Rodríguez Anza.
Sólo basta ver algunos datos al respecto, para entender la preocupación de los operadores aéreos:
El combustible, que en el año 2000 representaba alrededor del 12 por ciento del total de los costos de operación, ahora, para algunas líneas aéreas, dependiendo del tipo de avión de sus flotas, representa entre 40, 50 y hasta 60 por ciento . Y la tendencia es hacia mayores incrementos en el precio del crudo. Hay quienes estiman que llegará a los 200 dólares por barril antes de que logre estabilizarse.
“Lo cierto es que la actual no es una época de petróleo barato, y no lo será probablemente en mucho tiempo, y los altos precios están causando su cuota de daño en el sector aéreo”, indicó Rodríguez Anza.
La industria aeronáutica mundial ya comenzó a sufrir sus primeras grandes bajas: sólo en los últimos meses desaparecieron cinco importante líneas aéreas: SkyBus, aerolínea de bajo, costo con 15 aviones A-319, y con base en Columbus, Ohio, se vio obligada a cerrar sus puertas ante el acelerado incremento de sus costos de operación, disparados, principalmente por el alza en el precio del combustible; Lo mismo ocurrió con Aloha, basada en Honolulu, Hawai, y con más de 55 años de operación; Champion, una conocida chartera estadounidense, tampoco pudo seguir operando, y optó por dejar de volar; ATA, línea chartera y regular, con mas de 15 aviones, ya no está volando, y OASIS, con sede en Hong Kong, que operaba una flota de jumbos Boeing 747s, también dejó de operar.
La actual situación puede ser tan grave como la ocurrida luego de los atentados del 11 de septiembre, en Nueva York. En esa ocasión la aviación mundial perdió más de 40 mil millones de dólares en los siguientes tres años, por las nuevas medidas antiterroristas adoptadas como consecuencia, pero luego vino una ligera recuperación.
Hoy en día, aparte de los altos costos ocasionados por esas medidas antiterroristas, y el temor persistente de nuevos atentados, se suman otros factores, como son la desaceleración económica, el alza en los carburantes, y la incertidumbre ante el futuro por la ausencia de posibles soluciones. “Cuando por primera vez en la historia de la aviación se disparó el precio del combustible, luego del primer embargo petrolero de finales de 1973, la opción fue aplicar nuevas tecnologías a la industria aeronáutica. Hoy en día los recursos en ese sentido parecen agotados, por el momento”, señala Juan Manuel Rodríguez Anza.
Los aviones que volaban desde finales de la década de los 50s, y hasta los primeros años de los 70s, habían sido diseñados tomando en cuenta un precio del petróleo, de cinco dólares por barril. Luego del embargo petrolero árabe contra Occidente, el precio llegó en un momento, hasta 44 dólares por barril. Y si bien el crudo logró bajar y mantenerse por muchos años en 15 dólares, como promedio, los fabricantes de aviones crearon lo que se denominó como “la nueva generación de aviones”, los cuales eran altamente eficientes en el consumo de combustible. Desaparecieron prácticamente todos los trirreactores, y la gran mayoría de tetrarreactores, y en su lugar aparecieron en las grande rutas mundiales los birreactores, capaces de surcar los océanos, de continente a continente, con sólo dos motores.
“Esa nueva generación de aviones ha estado volando durante más de treinta años, y la mala noticia para la industria aeronáutica es que no se ve por ninguna parte, una nueva tecnología que pueda abatir el actual consumo de combustible, y por ende los altos porcentajes que éste representa en los costos de operación de las aerolíneas”, señala al respecto Rodríguez Anza. Y añade que será el consumidor final el que tenga que cubrir los costos del carburante, hasta que se encuentre una solución duradera al respecto.
“Nos encontramos, asimismo, en un momento crucial del fenómeno de la globalización. Tanto los pequeños como los grandes productores están participando activamente en lejanos mercados, sólo accesibles mediante la velocidad y la logística del transporte aéreo. Ya no se puede dar marcha atrás. Pocos serán los que se arriesguen a perder esos mercados, porque ya hicieron grandes inversiones para atenderlos. Por lo tanto es de esperarse que los usuarios del transporte aéreo de carga tengan que ajustarse a los nuevos cargos por concepto de combustible, como ha sido el caso del transporte aéreo de pasajeros”, concluyó Rodríguez Anza.

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