ZONA HOTELERA, EL COLAPSO DE LA 'VIDA LOCA'

Por Alberto Barrios

Con 120 hoteles, un centro de convenciones, 50 restaurantes, 5 plazas comerciales que albergan centenas de negocios, tres campos de golf, 20 marinas, 10 discotecas, 12 kilómetros de playas recuperadas al mar, pero entregadas a los negocios de wave runners, paracaídas y lanchas recreativas, que al mismo tiempo que operan en la ilegalidad son extorsionados por inspectores de la Zona Federal Marítima (Zofemat), la Zona Hotelera de Cancún, valuada en más de 6 mil millones de pesos, ha sido violada tanto en términos urbanos como ecológicos y está en proceso de confirmar la teoría del proceso de autodestrucción del turismo.

Asentada sobre un drenaje cuyas aguas negras están a punto de reventar por cualquiera de las fisuras que registran los 23 kilómetros de la vieja tubería de asbesto que desde hace 40 años no ha sido sustituido, la Zona Hotelera de Cancún resiente la presión de la demanda de servicios básicos como agua potable, energía eléctrica y descarga de aguas residuales, más los conocidos escenarios de degradación de su cinturón turístico más importante, en donde se asientan algunos de los hoteles y negocios más emblemáticos: Punta Cancún, que desde hace 10 años sufre un declive, tras haber disfrutado años del oropel y de la vida loca. MAS, MAS

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